viernes, 23 de diciembre de 2011

Perisiguiendo el andén

Podría reconocer esa mirada a cien leguas del sol,
podría recordar las primeras emociones
que diez años después despiertan con el agridulce sabor
que deja el tiempo sobre las derrotas
…y el terrible sudor de la inexperiencia.

Porque lo que pudo haber sido siempre es más bonito que lo que fue
y juega a señalar esta gris, absurda realidad que me absorbe
la alegría del no tenerte y saberte bien mío,
como delatan tus pupilas…
tus gestos y tu boca,
esa que ahora, dices, nutre otra saliva.
Esa  que emana vocablos de vientos a favor,
contra  las tormentas que han echado raíces en mi horizonte.

Te oigo y siento que el ying y el yang nacieron para ser complementarios,
aunque sea una atea del amor y el destino.

Que nunca  se acaben estos  dos minutos banales
sin cambios de teléfonos con final feliz,
ni promesas de cafés descafeinados
que al fin y al cabo sabemos que nunca llegarán.

Que no acabe este fuego efímero
que ha parado la minutera del  letargo en un alma, terca,
haciéndola sentir viva por un instante,
pensando, que quizá, no es de piedra y metal
ni una pieza de cuero seco resignada a reflejar el brillo los días de sol.

Después de rozar tus labios mi mejilla,
la arrastro sutilmente por esa barba descuidada, 
como queriendo captar su esencia.
Después marcho, persiguiendo el anden.
Sin más, sin mirar atrás,
reconociéndome cuan guerrera de mimbre
curtida por el paso de los años
que tiempo ha fue el sapo rebelde que nunca quiso ser besado
por un príncipe demasiado perfecto.

Dejemos que la casualidad siga jugando con los pasos
y quizá me vuelva agnóstica al destino.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Condición humana

Dónde habitan las tortugas?
de fuerte caparazón ausente en esta batalla.

Dónde decapitas tus emociones?
las que plantas tras cada estación.

Dónde escupes las espinas de pescado?
Si el hedonismo resbala por los dedos
buscando esencia de las paradojas que tejen la mente.

Los vertederos que habitan la ciudad reciben restos de amores plastificados, 
de  brazos gigantes tras el horizonte,
de esos que huía...
paseando por las líneas discontínuas de mis quimeras.


Los únicos capaces de saciar el vacío existencial
de no reconocer la piel frente a la que yacía,
rodeando de pino un cuerpo desnudo e indefenso,
indecente teatro,
borrando la memoria del tacto y su rutina descafeinada.

Esos que ahora rodeo y planifico,
supurando la condición humana por cada uno de los poros.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Mínimo

Atrapa tus ruinas perfumadas,
tus restos enclenques de piel que gritan existencia transparente
…y ovillos deshaciéndose lentamente por las esquinas del valle.

Valle de sopor para el alma perdida,
escupiendo interrogantes a su paso,
con un resto deshilachado por si la lluvia fundiera sus colores…
Si es que llueve algún día por estos terrenos áridos.

El suelo se abre a pedazos,
sin saber el origen ni el destino de los tramos.
Dudando si meter hasta la hiel para que amanezca su cuero,
aunque despierte en una jaula de aire.

martes, 6 de diciembre de 2011

Rascando

Escapar, 
huir,
volar...

De mi mente.
De mis horas de oscuridad y redes.

De tus dedos, esos que no recorren mi cuerpo,
ese que ahora creo que ha estado vacío tantos pasos de minutera,
disfrazando tu piel de manos ajenas...
hasta que explotó el mundo real.
Ese que no existe,
y juega a vaciar el interno eterno.

Que no vives, ni respiras, ni lates 
porque no estás tras mis pupilas,
como una imagen sólida reflejándose
temporalmente en el horizonte del recuerdo.

Ni reflejos de mis fases REM han conseguido idealizarte.

Invisible imagen inerte, inepta.
Estúpida seña que siguen las puntas de las uñas.
Raíces y cuerpos levitan por las aceras añorando lo impasivo
de pasar las horas medidas por sonrisas.

Mediocridad de la noche absurda en la que hoy me inundo
sin sentido de ridículos ni ecos.
Sólo una masa de vísceras con mutismo
que evaden su motilidad para expulsar la mierda más profunda.

La de la calma traidora
que yace sobre un cuerpo en ebullición,
olvidándose de olvidar el medio limón que dejó encima de la mesa
...y ahora cría hongos y varices.

Olvidando escoger su vista ante el espejo
y quitar la fruta podrida del alma.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Trazos de apocalipsis


Trazos de apocalipsis en mis manos,
suelos de algodón picado...
y una efervescencia en la punta de las uñas,
resaltando todo el azufre de sus corruptos roces con la caja imbécil...
y el escaparate de caricias mágicas tras el cristal
dónde apoya los minutos de lo imposible.


Las quimeras ya tuvieron sus tronos
dejando el culo caliente a mejores postores
que depositan sus delirios de horas tuertas.


Sueños de manos zurdas y elevaciones en el ápice del alma
como pequeños aleteos en cuarenta grados a la sombra
y cuarentena para el pesimismo,
como doscientos días que tiene el año en mi calendario de bitácoras.


Quién construye flores a su paso?
Sólo las pisadas transparentes que han calado colores entre tierras áridas,
sólo pelos de gato y ojos sinuosos
torciendo caminos de laberinto
con ovillos de lana para saber por dónde nunca volver.


Ni una mirada de cangrejo.
Ni una palabra de más.
Ni un silencio de menos...


y una brisa de la oscuridad cayendo en mi horizonte,
de esa cómplice de magia y fugaces sonrisas amontonadas bajo su figura plateada,
fabricando mi sombra en las horas de plenilunio.


Porque mi  alma siempre pide estar como esclava de la noche.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Tiembla

Momentos de esos en los que, cuando miras hacia adelante, sientes una mezcla entre miedo, rabia e incertidumbre...sigamos luchando pues, estamos vivos.

Tiembla, tiembla la tierra.
Rugen sus cimientos intentando limpiar los golpes de porra
con los que osan controlar sus entrañas.
Escupe lodo y lava,
como la ristra de calaveras que dejan tras sus palabras
unas pupilas teñidas de verde dólar.


Esconden sueños a plazos,
tras nubes de azufre,
hasta meter el ganado en jaulas de cobre y cadenas.


Y me levanto esperando que las ventanas no sean marcos de hormigón
dónde escape la mirada.
Que los gritos que alzamos al huracán
no se conviertan en mensajeros de la nada.
Que vibren con esas placas,
las que derrumban la miseria
y hacen arder los cristales rotos que aplasta el gigante de metal.
Que suban con la marea
y mojen los pies de barro de un planeta dormido.


Los palacios vaciarán sus fosos
para que se ahoguen las torres llenas de humanidad ausente
y la última cola de viento
borrará banderas y límites
moviendo sólo la esencia de libertad.

sábado, 5 de marzo de 2011

Salgo a pasear por dentro de mí...

Intento.


Por dentro.

En el interior de todas las cosas.

Mis manos vacías buscando
con guantes, para no mancharse de supuración
ni sus ideas putrefactas.

Y la flor de loto escurriéndose, como el sapo verde (que no azul, que hay crisis de besos).
Intuyendo un horizonte invisible...porque la tierra se eleva,
dejando cuevas, paredes y techos...
recodos por los que tapar la luz que emana.
Sólo partiendo pétalos
como miembros amputados que se esparcen en el divagar de una mirada perdida.

Y caminar por el tiempo. Pasear, suave, patinar.

Y deslizarse entre los hilos que remiendo...
con saliva y fluídos varios
que de varias grietas fluyen…

Puntos opacos de los poros
del pensamiento transparente.