lunes, 26 de agosto de 2013

Llueve

Llueve.
Y el agua arrastra la mierda, mezclándola con el resto del planeta.
Llueve.
Y moja la ropa lentamente, calando en las costras, desvirgando el caparazón.
Sin él no soy más que una tortuga de piel humana, lenta, cobarde, torpe entre las masas.

Llueve.
La retina fija en la ventana del tren, viendo como empapa la muchedumbre de la parada,
la humanidad ausente...
en vez de bajar a que riegue mi alma y fluya la tristeza por las alcantarillas.

Llueve. Y vuelan ambulancias.
Llueve. Y los claxons irritan un poco más mi mente con su feria de ira.
Llueve. Corren niños con botas nuevas.

Llueve.
Y el horizonte a juego con el suelo, gris mediocre, gris contaminado...
a juego con la rutina.

Llueve. Y resbalan los sueños.

Llueve.
Se borran los charcos,
ahora todo es un mar dulce con barro y esputos.

Llueve...
mas nunca truena

jueves, 22 de agosto de 2013

Estallan

Pasos alante, pasos atrás
y la guerra ha comenzado.
Estallan las puertas abiertas,
bifurcaciones,
pérdidas de cobertura en el sentido de los caminos.

La palabra destino se tacha del diccionario,
ya lo crearán mis manos.
La calma, la espera,
las horas vacías...
llenas de interrogantes.

Los papeles en blanco ondean incandescentes,
llamando palabras con señales de tinta,
historias a seguir.

Caes, tropiezas y te intuyes.
Tu piedra está ahí,
reclama 20 veces tu pie
para que nazca un nuevo reinvento.

Despacio,
olvidando el ritmo de las agujas del reloj que intentan marcar la rutina.

Inventa, respira,
Nunca el sol llenará tus venas si no te lanzas al aire que lleva hasta él.
Explotan las alas, las ganas.

Estallan las puertas abiertas.
Pasos alante, pasos atrás...
y la historia ha comenzado.